PROJECT FIRST MOVEMENT

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‘FIRST MOVEMENT’ | PRIMER MOVIMIENTO

«Encontré tu tímida mirada de otro tiempo
entre los reflejos en el cristal. En otro espacio, en un mismo tiempo.

 ¿Cuántos espacios caben en en un mismo tiempo?»

Diario personal.

La cuestión del tiempo y el espacio, así como de la huella que dejamos en esos espacios que una vez fueron ocupados.

El tiempo presente como un continuum. Imágenes alegóricas del concepto tiempo.

Los cambios de luces, cambios de escenas, nos indican el paso del tiempo, el ‘Ritmo’ de la vida. Todo va transformándose cada segundo, cada mínimo fragmento de tiempo, así que nada es inmutable, todo es efímero, cambiante. Estamos en continuo movimiento.

De este modo, el espacio – tiempo, nos sirve como excusa para hablar de ritmo, donde cada escena va marcando el suyo propio, a veces detenido a veces continuo.

Ritmo y Movimiento

La Real Academia Española define ritmo (del latín rhythmĭcus) del siguiente modo:

«Orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas.

Sensación perceptiva producida por la combinación y sucesión regular de sílabas, acentos y pausas en el enunciado, especialmente en el de carácter poético.

En relación con la Música, de la proporción guardada entre los acentos, pausas y repeticiones de diversa duración en una composición musical.»

En este sentido, interesa la relación de ‘Tacet in three movements’ con el concepto de ‘rítmo’ por la relación de este con el verbo ‘fluir’ así como con el concepto de ‘movimiento’.

Se podría decir que el tiempo transcurre implacable, tiene su propio ritmo.  Así es como en un espacio ocupado por los planteamientos artísticos que se presentan, cada escena marca el ritmo de sucesión. Registra instantes congelados de un fenómeno de movimiento en el espacio y el tiempo. Tiempo a veces detenido en un instante de nuestra memoria visual, sensitiva o cognitiva.

Un viaje en tren bien puede funcionar como alegoría del fluir de la vida. Desde aquí un acercamiento a Oriente en cuanto al sentido del ritmo que sigue el tiempo, como un continuum, un eterno retorno, y en este viaje, el reencuentro entre lo real y lo irreal, entre el sueño y la vigilia, entre el pensamiento y la acción.

Desde este planteamiento el elemento artístico se transforma en elemento de encuentro de miradas que no se quedan en lo que a golpe de vista se muestra, que reconstruyen la escena y la enriquecen con pensamientos propios, y así de lecturas de lo no visible o de invisibles.

Silencio, Percepción Humana y John Cage

«La música que prefiero, incluso más que la mía, es la que escuchamos cuando estamos en silencio.»

John Cage, 1991

La música es aludida directamente a través de los títulos que llevan cada serie con la de fotografía con la palabra ‘movimiento’ o la de pintura con la palabra ‘Tacet’ (del latín “él o ella calla”, “él o ella queda en silencio”), este último término utilizado en notación musical para indicar que la persona intérprete de un instrumento o voz no debe producir sonido, no tiene intervención durante un tiempo, debe quedar en silencio.

No escapa a quienes conozcan la obra para piano 4’33’’ de John Cage, la evocación a través de ‘Tacet in Three Movements’, rememorando esa búsqueda obsesiva del Silencio absoluto.

Así de este performance man me interesa su búsqueda en el transitar de la vida, su interés experimental por el sonido. Ese hecho de plantear que no está todo inventado o más bien, como él diría descubierto, abre posibilidades nuevas, o al menos participa de la idea, de que aún se puede inventar o descubrir lo que hoy no existe pero que nos espera ahí fuera.

El silencio será uno de sus temas favoritos, obsesionará con el concepto de silencio como ausencia absoluta de sonido o ruido. El Silencio podría entenderse de un modo sencillo como la ausencia de ruido, el no sonido, la inexistencia de sonido. El concepto de silencio no deja de ser una de esas paradojas estimulantes, si consideramos que en nuestra realidad perceptiva no existe la ausencia absoluta de sonido o al menos la experiencia contrastada de que exista el silencio.

Sin embargo, el silencio en nuestra mente, en nuestra conciencia, sí que existe, como concepto, aunque en nuestra realidad física no hayamos experimentado la ausencia de sonido.

Sabemos que existe algo por su referencia con respecto a otro conocido. El blanco existe porque existe el negro, la vida existe porque existe la muerte, este es nuestro modo de entender una realidad compleja que desvela que no está todo definido, que aún queda mucho por conocer.

Otro pensamiento que me inquieta, compartido con Cage es, en definitiva, un cuestionamiento acerca de la percepción humana que nos lleva a asumir nuestra limitada capacidad perceptiva (incluso en el mejor de los casos de dotación genética). Cage alude a la huella que deja en nuestra percepción la experiencia previa que nos predispone a percibir y nos sesga en cuanto a la capacidad de percibir lo no experimentado.

Ese cuestionamiento que se plantea en torno a aquello que existe pero que no percibimos por no estar en nuestra memoria previa es un tema que interesa en este proyecto.

John Cage expresa que quiere limpiar su memoria de toda influencia de la tradición musical occidental, quiere olvidar y termina por llamar al ruido ‘música’.

El Silencio presente en First movement y Tacet in Three Movements nos indica que es el momento de callar, quedar en silencio y es entonces, cuando callamos nuestro sonido, cuando queda expuesto un murmullo o ruido del fluir de la vida.

Descripción Formal

«Traducir una imagen a una terminología concreta, reduciéndose a uno solo de sus planos de referencia, es peor que mutilarla, es aniquilarla, anularla en cuanto instrumento de conocimiento.»

Mircea Eliade (Imágenes y símbolos, 1999)

A nivel descriptivo, First Movement está constituído por una serie de 24 fotografías (mancha fotográfica de 12 x 12 cm) serigrafiadas sobre papel japonés arakaji y un espacio vacío (ausencia de un elemento) en el centro de la instalación fotográfica.

‘First Movement’ en sala expositiva, 2017


Las imágenes han sido tomadas desde un tren en movimiento donde su punto focal está en los cambios de claros a oscuros, de oscuros a claros. Estos juegos de luces afectan a como se ilumina el paisaje, la escena o esos espacios transitados donde se producen reflejos, luces y sombras.


Pasando por alto lo más evidente, esa imagen que a golpe de vista se impone, el interés está en detenerse a mirar los reflejos que unas veces hablan del interior del vagón del tren, otras del exterior contrario, otras del encuentro de exterior e interior.


Quedan esos reflejos en el cristal de la ventana de un tren que pasan inadvertidos, que ni tan siquiera vemos aunque estemos mirando sobre ellos ya que nuestra atención los traspasa.


El acento está puesto en la mirada subjetiva que distingue unas imágenes de otras aun hablando de espacios y tiempos compartidos.